Como ya exponía en los artículos de Mayo y Junio de 2016,
la Ley de Violencia de Género es protectora de las Mujeres, y por
ello, mayor acierto ha tenido la denominación de los Juzgados competentes para
su aplicación, Juzgados de Violencia
sobre la Mujer.
Ahora bien, bien pensado, al
ser utilizada la ley por sus propias protegidas, no como protectora defensa sino como
arma arrojadiza, de destrucción personal y familiar, es una Ley de Violencia,
de Género, en toda regla; gracias a la cual, se empieza una guerra...
...A
sabiendas ganada. Sin mayor gloria, sino con vergüenza.
Y ése es
el problema.
Vergüenza debería darles a las que denuncian falsamente, frente a las que no les queda más remedio,
por verdadera necesidad de proteger su integridad, y dignidad.
(Dignidad que en ningún caso se pierde por actos ajenos sino propios.)
Quienes la
pierden libremente por,
supuestamente, proteger;
lo que, verdaderamente, no tienen.
Iguales son las que denuncian y el mismo día que sale del
Juzgado el supuesto maltratador, y a sabiendas de la orden de protección, que
sobre él pesa, con riesgo de incurrir en delito de quebrantamiento, con posible
consecuente ingreso en prisión, quieren,
el mismo día, volver. Y vuelven, a los pocos días, a denunciar.
Y es
que..., me remito a lo escrito en aquellos referidos artículos, que retomo y continuaré.
Ya que...
yo también, guardia tras guardia...
Termino
más caldeada.
Y es por
ello que, con todos mis respetos,
pero como
a perros con rabia... les echaría...
AGUA.
Agüita.
Fría!
En
Abundancia.
(Y como
los juicios penales son públicos! Hasta a mi hermano llevé.
Una vez, para que en vivo y en directo, "se lo gozara".)
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