AL TRIBUNAL EUROPEO TENDRÍA QUE LLEGAR.

Ø  Y AL FINAL... SÍ: AL TRIBUNAL EUROPEO TENDRÍA QUE LLEGAR. Y LO HARÍA.

                Porque no se puede confiar tampoco en el Tribunal Supremo. Ese es el problema. Ya que ¡teme! causar "graves trastornos de orden público" según razonó, en su momento, cuando tuvo la oportunidad, con la Cláusula Suelo. Y es por ello que... en este país...

                Así se hace:

Ø  Interpretar la Ley de Consumidores y Usuarios,  en los préstamos hipotecarios, a favor de los bancos.

Ø  Si es que se puede.

Ø  En (todo) lo que se pueda.

(Porque es el banco. O mejor dicho "LA BANCA".

Y hay que guardar bien "La Caja",

que al fin y al cabo,

es de todos, ¿¡no!?).

                La meritada Ley reza todo lo contrario. Pero los jueces y tribunales, de este mi querido país, no son capaces de interpretarla. Así que tuvo que hacerlo el Tribunal Europeo: corregir al Tribunal Supremo, en su momento, con la Cláusula Suelo. Y con ella tuve que esperar, en su momento, a que el Tribunal Europeo me diera la razón, con la total devolución. Porque sí: el Tribunal Supremo, en su momento, me la quitó, con el referido razonamiento anterior.

                Así que sí. Lo haría si tuviera medios. En todos los casos en que tuviera que hacerlo. Y sin embargo, en ninguno puedo arriesgar lo que no es mío. Y los costes son altos. Sería a riesgo de perder lo ya ganado por ganar más. Y aunque no es ni más ni menos que lo que creo justo, no puedo arriesgar "los medios de los clientes" para llegar hasta dicho Tribunal. Al que, por ser el único en el que aún confío, sí: sin dudarlo, llegaría.

               No lo malo sino lo peor es que son ellos, los bancos, los que tienen el poder. Es decir, más medios para luchar. Y son ellos, los que al final, aquí y ahora, ganan; más de lo que pierden.

                Se puede decir por tanto, que no es una lucha justa. Pero son las reglas del juego. Tienes siempre que decidir y si apuestas arriesgas. Y claro que ellos, al fin y al cabo, no sufren tanto las pérdidas. Ya que, de lo contrario..., no llegaríamos ni a la puerta del Juzgado, de Primera Instancia, para equilibrar la balanza.